El Cautivo: Entre la nueva realidad y el sueño eterno.
Nos estamos habituando, desde hace un par de meses, a que el
mundo y la vida giren en un peculiar movimiento de rotación que no nos ofrenda,
apenas, la oportunidad para respirar.
Hemos modificado nuestra rutina diaria, de la que tanto nos
quejábamos, por otra más monótona, en la que hemos podido aprovechar la ocasión
de reinventarnos y valorar lo que teníamos.
Ahora, parece ser – y toquemos madera-, vamos dirección a
la, ya conocida popularmente, nueva realidad. Que se presenta más inédita que
nunca para los hermanos y devotos del Cautivo.
Y es
que, en medio de toda la vorágine actual, saltó la noticia del cierre de la
Parroquia de San Pablo por rehabilitación. Lo que trajo consigo un peculiar
escenario - el cual no voy a entrar a valorar- que deja de entrever que la imagen del Señor
de Málaga es mucho más que un icono devocional.
Pero, agua pasada y centrándonos en el presente, la nueva y
provisional realidad nos sitúa en la Parroquia de la Amargura; lugar donde Cristo
Cautivo y la Virgen de la Trinidad aguardan las oraciones de sus fieles.
Este espacio ha sido el elegido por la corporación
trinitaria ya que cumple con los requisitos que creen necesarios para el
retorno cultual de sus Titulares.
Allí estuve con mi cámara para tomar unas fotografías de tan
histórico momento. Y varias son las reflexiones que quiero dejar reflejadas en
este espacio.
El Señor de Málaga.
Es indudable que el referente devocional de la capital de la
Costa del Sol es el Cautivo.
Llegué antes de tiempo y había filas de personas esperando
el momento de la apertura. Cuando éste se produjo, y tras pasar por el
protocolo higiénico, los allí presentes caminaron hacia la imagen del Cristo,
ocupando los asientos permitidos actualmente por la Parroquia en el estado de
alarma.
Hay realidades que, por mucho que los avatares del tiempo
intenten frenar, no cambian. Son atemporales.
La comodidad del
devoto.
Mi abuela, ferviente devota del Cautivo y aquejada de una de
sus rodillas por el peso de la edad, siempre se ha cuestionado la inexistencia
de bancos para sentarse frente a la capilla de San Pablo.
Este espacio temporal permite que los fieles puedan rezar
sentados con la tranquilidad de conversar internamente con su devoción.
Presidiendo la
Parroquia.
Esta reflexión va de la mano de la anterior.
La imposibilidad física de poner bancos por el poco espacio
existente en San Pablo, puede ser corregida con la solución actual: El Cristo
en el Altar Mayor.
Es más, lo de esta Imagen va más allá de una cuestión de
espacios: Las grandes devociones deben ocupar espacios preferentes en sus
Parroquias. ¿Se imaginan, por ejemplo, a la Macarena o la Virgen del Rocío en
un bajo-coro?
Una Imagen que traspasa fronteras no creo que deba estar en
una esquina tras el Presbiterio.
Y voy a más. Fenomenal la disposición que ha sabido darle la
hermandad: Ocupando la parte izquierda del Presbiterio, sin quitar protagonismo
al Altar Mayor y sin barroquizar (como solemos hacer los cofrades); en un
espacio moderno que ha sabido adaptar y combinar con la estampa habitual del
Señor.
El Cautivo. Nada más.
La cercanía.
Otra de las cuestiones que aplaudo es la cercanía de las
Imágenes.
Uno de los principales ingredientes de esta devoción es el
tú a tú entre devoto e Imagen, su cercana y reconfortante presencia.
Este aspecto no se ha anulado e, incluso, frente a la
Efigie, existe una mayor cercanía.
Por no hablar de la visualización de ambos perfiles que,
salvo en algún culto corporativo o culto externo, no puede apreciarse con
facilidad en el pequeño rincón de su sede canónica.
La Trinidad.
Por último, y no menos importante, quiero destacar la
importancia de la Virgen de la Trinidad dentro de esta ‘mudanza estacional’.
Desde que tengo uso de razón, la Trinidad ha sido la gran
eclipsada por la devoción de su hijo. Pero, gracias a Dios, la hermandad ha
trabajado por darle el lugar que ocupa hoy en día.
La gran valía artística que, pienso, tiene esta Imagen de
Buiza se hace presente al darle su espacio propio en la Parroquia.
Se ve más Virgen de la Trinidad y menos la Virgen del
Cautivo. La Titular Mariana sabe defender su espacio (igualmente contando con
la cercanía del devoto).
Nuevas realidades o futuras realidades. Lo cierto es que
existe un paralelismo entre la realidad y el sueño.
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